Baths es Will Wiesendfeld, un joven de California. Ha sabido crear su sonido hábilmente creando texturas que nos golpean suavemente, con canciones ambientales downtempo y melodías vocales pesadas en un álbum que fluye a la perfección, ya que hay que decir que está muy bien producido, y eso es una de las características más destacables del álbum. El amor por la electrónica y el shoegaze, simpáticamente etiquetado glo-fi, tiene una paleta grande de sonidos e influencias aparentemente inacabable y aquí tenemos otra prueba más. Weisenfeld no exactamente puede tener aún su fórmula, pero por suerte, un par de pistas nos dan esperanzas de que realmente sabe apreciar las cosas más simples. El ‘balearic sound’ del artista no hace nada por ocultar el sentido de belleza y de paz en sus melodías. La pista de cierre del álbum es una serenata que suena por una radio que le da al disco homogeneidad. La canción ‘Maximalist’ tiene un título muy acertado, considerando su paso impaciente y sus contínuos contratiempos. A pesar de todo se encama sobre una melodía y un sonido que dispara unos beats que te hacen vibrar. Cada golpe ensordecedor de sus canciones es encadenado junto a una línea de bajo con un resultado bastante acertado. Aunque yo esté seguro que él no se queja de las susodichas comparaciones, esto en principio es algo que me dice que hay más en Baths y nos dan muestras de ello en la pista ‘Stupor’, con una percusióin orgánica que golpea y el canto de Wiesendfeld, como si él fuera un hombre sabio que da consejos sobre el amor, aunque solo tenga veintiún años.