En tiempos de abundancia de propuestas edulcoradas a caballo entre lo mainstream y las reminiscencias clásicas, se rescata y pone en escena un repertorio sin aditivos, pleno de fuerza expresiva y que habla sin simplificaciones a lo más emocional de la audiencia: El Cuarteto con Piano Op. 47 de Robert Schumann y el Quinteto “La Trucha” D. 667 de Franz Schubert.
Dos autores esenciales del Romanticismo que aportan una idiomática intemporal que mantiene su vigencia a través de las generaciones en un formato que intensifica su relato gracias al género camerístico, lleno de íntima complicidad entre los intérpretes y el público.
Ambas obras se encuentran entre las más importantes en el conjunto de la producción universal de la Música Clásica y abordan el núcleo más profundo de las pasiones humanas, desde la exuberancia del amor hasta la necesidad de desinhibición ante lo trascendental.