Más de tres años se han necesitado para que este nuevo trabajo, proyecto, sueño, esperanza, ilusión, titulado "Una habitación propia" vea la luz. Tres años llenos de cambios, sobresaltos, desengaños, alegrías. Tres años de vida al fin y al cabo, de esta vida que a todos nos toca vivir y en la que cada cual se defiende (ó desenvuelve) como puede (o quiere).

Atrás queda aquella niña, de la que me siento orgullosa y cercana, que buscaba expresarse gritándole al mundo "¡aquí estoy!" a través de doce canciones arropadas por una gran orquestación que conformaban mi anterior álbum.

la Virginia de hoy (y nótese que escribo mi nombre otra vez con su "g" original para dejarme de subterfugios) busca expresarse igualmente pero de forma más sencilla, más espontánea, queriendo llegar al fondo, si es que lo hay, de las cosas. "Una Habitación Propia" trata sobre el aprendizaje. Aprendizaje personal y por lo tanto en su subjetividad común para la mayoría. En este disco he intentado plasmar lo mejor y lo peor, los más bajos y altos sentimientos, las sutilezas y los descaros, el todo y las partes que lo componen, en fin, he intentado reflejar lo que para mi consiste en la más ardua pero necesaria tarea a la que el ser humano se enfrenta: crecer. Necesitaba "Una Habitación Propia", y necesitaba que fuese divertido y vivo, con sentido del humor, pero teñido por esa pincelada de melancolía que enriquece y dá valor a los buenos momentos y a los malos. Necesitaba que fuese como una prolongación de mi energia. Espero de corazón haberlo conseguido. Para ello no he estado sola.

He contado con la ayuda de dos maestros con valor suficiente para vivir su vida como desean mis productores y amigos, Carlos Jean y Arturo Soriano. Gracias a ellos mi "habitación" es abierta y espaciosa, electrónica y acústica. Por sus paredes fluye el techno. De su suelo surge un swing. Y del techo cuelga un fandanguillo entremezclado con aires latinoamericanos.

Gracias a ellos es apta para bailar hasta el amanecer, o para relajarse después de comer. Sirve para hacer el amor o para romperlo si es que no hay solución.