¿Existe algo peor que cumplir treinta y estar soltera, frustrada en el trabajo y decepcionada con lo que ha resultado ser tu vida?

Pues sí. Lo peor es cumplir treinta y uno, estar aún más sola que una playa en invierno, desempleada y darte cuenta de que tu perro es tu único gran amor. ¿Y si encima tus amigas parecen tener una vida perfecta llena de objetivos cumplidos? En ese caso sólo te queda sentarte delante de tu tarda de cumpleaños y comértela a bocados…

Nos metemos en «la cabeza de María», una chica que acaba de cumplir los 30 años y no sabe cómo sentirse ni cómo debería sentirse. pese a que sus amigas, su madre y la sociedad en general llevan años diciéndole como debe sentirse y qué es lo que debería hacer ahora que ya es «vieja». Viviremos con ella todas sus dudas, sus alegrías y tristezas por hacerse «mayor». Bien, lo que se dice bien, no lleva esa transición, eso sí, humor y descaro no le faltan. ¿Son los 30 los nuevos 20? Depende, para María, no.